Según la Agencia Europea del Medioambiente (2016), la agricultura tiene un efecto directo en el cambio climático, siendo esta responsable del 10% de las emisiones de gas efecto invernadero de la Unión Europea. Los residuos de la agricultura cítrica, principalmente eliminados a través de la quema controlada o aplastamiento (añadido al campo), generan considerables sumas de gases invernadero como el metano y el óxido nitroso.
Al mismo tiempo, en la UE el empleo en bienes ambientales y en el sector de servicios ha crecido un 20% desde el 2000, y actualmente proporciona 4.2 millones de empleos (Eurostat, 2018). Sin embargo, aunque hay un consenso general sobre los beneficios del empleo verde, los especialistas resaltan la existencia de un «vacío en habilidades verdes» y la necesidad urgente de actualizar las competencias requeridas para la eco-industria (EU Green Week, 2017).